miércoles, 26 de noviembre de 2014

lunes, 24 de noviembre de 2014

TROYA: MITO Y REALIDAD

Pincha en este enlace si quieres saber cosas sobre Troya:
Troya. Historia

La Guerra de las Galias y César.


Pincha en el siguiente enlace si quieres conocer el desarrollo de la Guerra de ls Galias:

La Guerra de las Galias. Revista de Historia

domingo, 23 de noviembre de 2014

Obras de Literatura para Griego II Y PARA LATÍN II
En este enlace podéis encontar los PDF con los contenidos de referencia y las obras; además los temas de Literatura en un folio:
La Iliada, La Odisea, Edipo Rey y temas de Literatura en un folio.

La Iliada: Canto VI: pág. 49-56
La Odisea: Canto IX: pág 193-218. Canto XII: pág 275-296
Edipo Rey
Y aquí léxico ordenado de origen griego tomado del IES Vegas Bajas de Montijo.


Máscaras de Tetaro
Partes del teatro griego



Teatro de Epidauro


Odiseo ciega a Polifemo. Pelegrino Tibaldi. 1554. Bolonia





Obras de Literatura para Latín II
En este enlace podéis encontar los PDF conlos contenidos de referencia y las obras:

Anfitrión, La Eneida y Catulo 
Y aquí los temas de Literatura por extenso

Acerca de la evolución de la relación amorosa entre G. V. Catulo y Clodia a partir de sus poemas. Un modesto comentario que os puede ayudar.


Y aquí la evolución fonética del latín al castellano resumida y con ejemplos

"Anfitrión": pág. 47 a 103
"La Eneida": pág. 69 a 120 del documento PDF
Catulo: poemas 2, 3, 5, 7, 8, 51, 68a, 70, 72,
76, 85, 87, 92, 101, 107 y 109
Mosaico romano con actores. Pompeya


Teatro Romano de Mérida
Eneas huye de Troya con su padre Anquises y su hijo Ascanio (Iulo)

Federico Barocci. Galería Borghese.







lunes, 3 de noviembre de 2014






Italia

¿Devolver al Coliseo su arena?

  • La idea permitiría emplear el Circo Máximo como escenario para espectáculos fiestas. 'Sólo hace falta un poco de valor'






Cierre los ojos y trate de visualizar el Coliseo de Roma tal y como era hace casi 2.000 años, cuando acogía los espectáculos más grandiosos que se llevaban a escena por aquel entonces... La arena del anfiteatro era de madera, pero estaba recubierta de tierra para que absorbiera la sangre y evitar de ese modo inoportunos resbalones. Sobre esa arena tenían lugar feroces combates de gladiadores, esclavos y animales salvajes. Había 80 montacargas, accionados por medio de poleas, a través de los cuales leones, tigres, búfalos, osos, avestruces, rinocerontes y otras criaturas exóticas eran subidas hasta el ruedo casi por arte de magia, sin que el público se percatará. Los espectáculos eran tan sofisticados que a veces incluían batallas navales, para lo cual la arena se inundaba con el agua de un arroyo que pasaba bajo el Coliseo...
Es difícil de imaginar todo aquello. Entre otras cosas porque hace algo más de un siglo que la arena del Coliseo ya no está, dejando al descubierto las tripas del anfiteatro, los subterráneos donde entre bambalinas se cocinaban los espectáculos. Pero ahora la arena del que fuera el mayor anfiteatro del imperio romano podría volver a ocupar su lugar.
Esa es la iniciativa que sopesa Dario Francheschini, el ministro de Cultura italiano. Francheschini ha echado manos este fin de semana de su cuenta de Twitter para lanzar la idea del arqueólogo Daniele Manacorda de devolver la arena al anfiteatro Flavio, como se llamaba originalmente el Coliseo. De hecho, el ministro de Cultura ha publicado algunas fotos de Allinari que muestran "cómo los visitantes veían y vivían el Coliseo hasta hace poco más de un siglo".
Para lograr hacer esas imágenes realidad se reconstruiría la arena del Coliseo en madera, como era originalmente. Eso haría posible que los seis millones de visitantes que cada año recibe ese monumento pudieran pasear por el espacio en el que tenían lugar los célebres combates de gladiadores, además de consentirle acoger espectáculos. Además, la reconstrucción de la arena permitiría la creación de un museo en los subterráneos del Coliseo, algo ahora mismo inviable ya que estos se encuentran expuestos a la intemperie.
El proyecto tendría ya el visto bueno del arqueólogo Giuliano Volpe, miembro del consejo superior de Bienes Culturales, y de otros especialistas, quienes secundarían la propuesta lanzada por Daniele Manacorda, profesor de metodología y técnica de la investigación arqueológica en la Universidad Roma Tre, en el número de julio pasado de la revista italiana Archeo a favor de que se reconstruya la arena del Coliseo. Para apoyar esa idea, Manacorda señala que en los grabados del monumento realizados en el siglo XIX se observa cómo el anfiteatro contaba con una "maravillosa arena que está viva porque se puede caminar sobre ella". A medio camino entre los siglos XIX y XX la arena fue objeto de estudios y desmontada, lo que permitió analizar también los subterráneos del Coliseo.
Manacorda se pregunta por qué una vez finalizadas esas investigaciones la arena no fue nuevamente montada. "En el Coliseo, en el siglo que acaba de terminar, alguno consideró que había que quitarle la arena, es decir, su vestido, que aunque tal vez estaba un poco gastado sin embargo le permitía mostrarse al mundo con dignidad", concluye. La idea ahora es volver a ponerle el traje.

http://youtu.be/FZzdGvYBeIo



La oscura historia del Partenón

La vida en la Atenas de Pericles era religión, miedo y violencia y una renovada lectura de los relieves del friso del Partenón así lo demuestra

El Partenón de Fidias tiene alguna extraña cualidad que hace quetodos veamos en él lo que vamos buscando: Cecil Rhodes, el señor feudal de la antigua Rhodesia, encontró una prueba de virilidad militarista; los fascistas y los nazis apreciaron una promesa del mundo nuevo que habrían de traer; los comunistas, más o menos llegaron a la misma conclusión. Los nacionalistas griegos del XIX celebraron en él la coronación de sus primeros reyes porque en la Acrópolis estaba el molde de su identidad frente a los otomanos, los bábaros. Le Corbusier, claro, vio en el templo un tratado de geometría y de abstracción, y Virginia Woolf, cuando lo visitó por segunda vez a los cincuenta y tantos, se dio con el espíritu de sí misma "con 23 años, llena de vida, con todo por delante".
Pero la imagen que se ha impuesto ha sido la interpretación liberal-burguesa, por llamarla así, acuñada por primera vez por el alemán Johann Winckelmann en el siglo XVIII: la idea que conecta el Partenón con la república de Pericles, con la democracia, la noción de la libertad individual y el refinamiento intelectual. El lugar que alguna vez habitó el ser humano y al que todos querríamos volver.
Las pruebas del éxito de esa interpretación están repartidas por todo el mundo: el Museo Británico de Londres, el Wallhalla de Regensburg, la Casa de Aduanas de Wall Street en Nueva York, la National Portrait Gallery de Washington DC, el Panteón del Barrio Latino de París, el Capitolio de La Habana... Edificios que remiten a la Acrópolis para atribuirse la dignidad de la democracia y el conocimiento, la certeza y la quietud. "Una vez fui a Atenas, a la Acrópolis, y no sé cómo, me colé en una zona junto al Partenón en la que no debía entrar", contó el arquitecto portugués Eduardo Souto de Moura en una entrevista publicada por EL MUNDO en 2012. "Me vi ahí y pensé: si ahora viene el diablo, le vendo mi alma si me deja meter mano. Así que me puse a pensar: ¿Qué haría? ¿Le daría más altura? No, está bien así. ¿Meto otro cuerpo? No. ¿Más fondo? No. ¿Las gradas? No. Es perfecto. Así que, al final, no vendí mi alma".
El Partenón es perfecto, si lo dice Souto de Moura, ¿quién podría pensar lo contrario? Pero también es mucho más complicado de lo que tendemos a pensar. Un ensayo recién publicado en inglés, 'The parthenon enigma' (de Joan Breton Connelly, profesora en la NYU de Nueva York), cuenta la historia del templo de Atenea a partir de esa idea de complejidad. Y trae alguna sorpresa.
Básicamente, el gran asunto de 'The parthenon enigma' consiste en lareinterpretación de la escena central del friso oriental (el lado de la fachada principal) del templo. La lectura tradicional del friso, explica Breton Connelly, habla de la ofrenda de un peplos (una túnica) a Atenea, en lo que suponía el punto culminante del festival que celebraba la diosa. Sin embargo, la autora sostiene que el friso representa un mito divino mucho menos reconfortante: el relato del rey Erecteo, que, de acuerdo a lo que le había indicado el oráculo, entregó a su hija menor en sacrificio para salvar Atenas de una invasión. Lo más conmovedor y terrible de la historia es que la otra hija del rey, atormentada por su fortuna, quiso acompañar a su hermana en la muerte. Atenea, según esta lectura, "no está recibiendo la túnica sino las mortajas que llevan los cuerpos de las hijas de Erecteo". La diosa de la sabiduría, por tanto, no sería la amiga sabia y comprensiva de los atenienses que solemos tener en la cabeza.

Relato de un sacrificio

Ése es el gancho periodístico del libro de Breton Connelly. Pero que nadie piense en un novelado del Partenón al estilo de 'El nombre de la rosa', de Umberto Eco. Para empezar, porque la teoría de que el friso oriental del Partenón es el relato de un sacrificio existe desde 1675, cuando un viajero inglés llamado Francis Vernon visitó el templo, que entonces era una iglesia latina (12 años después llegaron los turcos e instalaron un depósito de armas y, algo después, una mezquita), dibujó e inventarió los frisos, y vio en ellos una procesión de animales camino de la ofrenda. Su teoría nunca cayó en el olvido pero claudicó ante la lectura de Johann Winckelmann: Atenea, la razón, la democracia, la libertad, etcétera, etcétera.